a) Generalización de estímulos: cuando un sujeto es condicionado es posible que ante un estímulo semejante al estímulo condicionado se produzca la respuesta condicionada
b) Discriminación de estímulos: la capacidad del sujeto para discriminar estímulos es importante para “no caer en el error” de la generalización.
Por ejemplo: si no tuviéramos la capacidad para discriminar entre las luces verde y roja de un semáforo, el tráfico de las calles nos arrollaría, y si no fuéramos capaces de distinguir a un gato de un puma, nos encontraríamos en una difícil situación cuando estuviéramos de campamento en las montañas.
Discriminación y generalización en el condicionamiento operante:
El aprendizaje operante implica los fenómenos de la discriminación y la generalización. El proceso mediante el cual las personas aprenden a distinguir estímulos se conoce como entrenamiento de control de estímulos. En el entrenamiento de control de estímulos se refuerza un comportamiento en presencia de un estimulo especifico, pero no en su ausencia. Un estimulo discriminativo señala la probabilidad de que una respuesta sea seguida por un reforzamiento. Por ejemplo, si esperas hasta que tu compañero de cuarto este de buen humor antes de pedirle prestado su disco compacto preferido, se puede decir que su comportamiento actúa bajo el control de estímulos debido a que puede discriminar entre sus estados de ánimo.
Moldeamiento:
El moldeamiento, se podría definir como el acto de condicionar y reforzar determinadas conductas que no ocurren de forma natural
El moldeamiento permite incluso a los animales inferiores el aprendizaje de respuestas complejas que nunca ocurrirían de forma natural; respuestas que van desde leones que aprenden a saltar a través de aros hasta delfines entrenados para rescatar a los buzos que se han perdido en el océano.
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